Hong Kong & China
En ingeniería una frase muy popular (a pesar de que fue formulada por un psicólogo) es que la mitad de la solución es hacer las preguntas correctas, no solamente saber contestarlas.
El año anterior apenas había llegado de Brasil y me dije a mí mismo que el próximo año haría 2 viajes. Parecía tan lejana la fecha, solo pensaba que uno de ellos tenía que ser fuera del continente. Para enero pensé que iba a ser Japón, hasta que una conferencia cambió mi forma de ver las cosas y con ello el rumbo del viaje. Voy a narrar mi viaje a Europa en 3 capítulos, este es el primero.
La primera foto que tomé al llegar a Madrid.
Para inicios de año, como había mencionado en mi post anterior, había renunciado a los trabajos adicionales que tenía a nivel personal, a nivel de consultoría y a nivel de desarrollo (proyectos personales, no de la empresa), ello me permitía sobrevivir y además inyectar capital a la empresa.
Ya para febrero la decisión de haber renunciado a los ingresos adicionales, me empezó a cobrar factura, puesto que ya no tenía esos ingresos que me permitían respirar financieramente a nivel personal. Lo único que tenía en mi mente es: – voy a confiar en las ideas del negocio, ya es hora de que me empiece a dedicar de lleno a lo que he empezado, si no, ¿hasta cuándo?, me preguntaba a mí mismo.
Para marzo ya estaba agonizando económicamente y me dije varias veces:
– Sí puedo, sí puedo, ¡sí puedo carajo!.
El tema del networking me quitaba mucho tiempo y dinero, aún sin saber si me iba a servir o no, debido a que asistía a eventos desde minería, telecomunicaciones, hasta de educación, por su puesto también del área informática. Donde conocí ministros, embajadores y personajes públicos, y me preguntaba, – ¿todo esto servirá de algo?, A la final no ganaba dinero por hacer networking, solo saludaba e intercambiaba ideas con otras personas.
Hasta ese momento solo pensaba viajar a Tokio para involucrarme más con la tecnología, pero tuve la fortuna de escuchar una de las conferencias que cambió mi mente por completo (creo que Dios me permitió escuchar las palabras adecuadas en el momento preciso).
Me impactó la conferencia de Pablo Campana acerca de su proceso de como obtuvo éxito en sus empresas de bienes raíces renunciando a todas las otras oportunidades que presentaba en ese momento, asemejándose a lo que yo estaba viviendo en ese momento. El resumen, narró su búsqueda de inversión alrededor de todo el mundo, otorgando a muchas empresas sus ideas de financiamiento, siendo Europa donde lo contactaría un fondo de inversión para apoyarlo con sus proyectos. Durante su ponencia dijo algo con lo me quedé y que me determiné a comprobar “Uno de los únicos grupos de personas que aún confían en el Ecuador son los migrantes”.
Tal vez, para él una conferencia más, para mí fue lo que buscaba y necesitaba escuchar después de tanto tiempo haciendo networking Ahora que estoy en Europa, créanme amigos, amigas, persona del mundo que está leyendo esto, qué verdad para más grande, vine personalmente a comprobar eso. En este primer apartado solo voy a comentar todo el proceso hasta llegar a Europa, lo que ha pasado acá lo ampliaré más adelante.
El tiempo se me iba agotando porque ya iba para el medio año y no estaba ni cerca de irme de viaje, así que decidí trabajar muchísimo más, me contrataron como consultor externo de infraestructura en un proyecto x, esta vez yo puse las condiciones, les dije que yo no les iba a quedar mal, pero que yo iba a trabajar al tiempo que yo tenía libre, porque no podía dejar de capacitarme ni aprender, realmente fue actuar de manera osada de mi parte, imagínate que alguien quiere contratarte y que tu le digas «déjame trabajar a las horas que yo pueda, no te voy a quedar mal». Así lo hice, trabajaba las noches, sin dejar de lado el networking ni la empresa, A la final pude pagar el viaje a Brasil, sin descuidar ninguna de las múltiples tareas.
El viaje a Brasil, ya lo conocen, fue genial. Aprendí mucho, conocí empresarios, incluso ahora una persona de Brasil trabaja en solnus. Se imaginan lo que eso representa para mi vida, que alguien de otro País, trabaje con nosotros. Por fin lo que algún rato creí que un futuro lejano iba a ser posible, empezó a ser REAL. Una empresa que empezó trabajando en la biblioteca ahora ya conectó con Brasil por fin.
Como era de esperarse, el viaje por tierras cariocas, me tiró al piso financieramente a mi retorno. Solo a mí se me ocurre irme sabiendo que iba a volver con las justas. Mi cuenta en 0.00, soy sincero hace mucho tiempo que no veía mi cuenta en 0 dólares con 0 centavos, fui a hacer un préstamo me rechazaron en múltiples lugares. Presté plata que nunca me pagaron, definitivamente me sentía acabado emocionalmente. Pero aquí viene lo interesante, realmente bajé los brazos y fue cuando pasó. Muchas personas con las que en algún momento compartí empezaron a comentar mis historias a darme ánimos, mis amigos cercanos a consolarme, mi familia a orar conmigo y personas que me encontraba en la calle, me daba ánimos.
Aquí en Barcelona, aproveché que fui a un curso de python y computación cuántica, ya les contaré.
Es increíble como en Septiembre estaba casi acabado pero fue extraño, nunca me sentí acabado gracias a las personas, tal vez si me hubiese guardado las cosas, mi mente me hubiese carcomido a mí mismo. Nuevamente me dije:
– Sí puedo, sí puedo, ¡sí puedo carajo!.
Esa frase hasta me trae recuerdos, cuando entrenaba de joven, un amigo del repetía eso antes de levantar el peso y desde ahí los que entrenábamos con él lo hacíamos. Yo lo hago hasta ahora y no solo en el gym, si no en la vida. Cuando siento que no puedo y que ya no avanzo me digo a mí mismo que sí puedo, en mi mente grito esa frase 😅.
Para Octubre ya habían salido nuevos trabajos, nuevos clientes, nuevas cosas y dije voy a postular para la visa, soy sincero pensé que no me iba a salir. Con mi familia rezábamos novenas a la Virgen del Cisne para que me salga la visa.
Créanme que tal vez viví el momento más puro de toda mi vida. Interprétenlo como gusten, pero sentí que mucha gente a más de mi familia empezó a hacerme barra y a apoyarme moralmente, eso suma mucho.
Los asesores de visa, sin excepción todos me dijeron que no habían de citas, luego uno de los chicos de solnus me dijo, sí hay cómo, déjamelo a mí, sacamos una cita, cuando ya había recorrido Quito y me habían dicho que no había cómo. Creo que basta creer que sí es posible.
Después de un tiempo, de trabajo, preparación, oración y demás. Conseguí tener la visa. Con este escrito trato de hacerles entender cuánto me costó sacar esa visa, no fue el esfuerzo mío, ya llevaba en mis hombros la confianza de mucha gente.
Luego dije ya tengo la visa y ahora el pasaje? 😅, créanme que no sé de dónde salió trabajo (bueno sí sé, solo es una expresión), pero todo salió fríamente calculado. Podía pagar el pasaje de avión.
Hasta ese punto me sentí muy presionado mentalmente, porque ya no llevaba conmigo solo mi motivación de irme a otro lugar, ya llevaba en mi consciencia el apoyo de muchísima gente, que confía en lo que yo creo y en las ideas que llevo en la cabeza.
Créanme amigos míos que después de tantos años de trabajo, lo único que tengo son ideas, pero no se imaginan cuánto esas ideas me han hecho conocer, personas, el mundo y sobretodo, crecer.
Bueno pues llegó la hora de buscar inversión. Mis pensamientos me agobiaban, pues quién iba a confiar en una persona que llega de lejos y encima a pedir. Todavía ni me iba e ideas de todo tipo venían a mi cabeza:
Me convertí en mi peor enemigo mental, nuevamente, ni me iba y ya me estaba mortificando. Lo más interesante viene 3 días antes de irme, una llamada de un amigo: – Te quiero presentar a alguien, vente ahorita. Tenía que viajar 12 horas de ida y 12 horas de vuelta 3 días antes de irme, es decir, iba a dormir solo en buses hasta llegar a Madrid. Mi amigo me dice: «Estas personas, te tienen que escuchar».
Hasta llegué a Google, sin duda es un viaje demasiado interesante, esto les contaré en la segunda parte.
Confío tanto en mi amigo, que ni siquiera lo pensé. Para las 6 de la tarde ya estaba sentado en un bus yendo a conocer personas, les conté las ideas de negocio y fui muy sincero con los tiempos puesto que mis proyectos son en el largo plazo, soy convencido férreo de que todo se debe proyectar y debe tener un propósito. Yo había preparado diapositivas y cuadros, que a la final nunca usé, lo único que se me ocurrió en ese momento fue mostrar en una tablet que llevaba, este blog, sí, este mismo que estás leyendo ahora mismo y les dije que ese era yo, tal cual, alguien que se había forjado desde cero y que mas allá de todo había llevado un proceso que evidentemente ha progresado. Les comenté de los estudios que tenía, las especializaciones y los viajes que había hecho.
Al finalizar mi intervención me dijeron que ellos podrían invertirme, que solo debíamos reunirnos más veces para definir los condicionamientos. Ese rato se me quitó un peso de los hombros y no solo hubo un interesado, hubieron algunos. Uno de ellos me dijo: – Esto a la final, es el futuro.
Créanme que en ese momento mi cabeza repetía, disculpando las malas palabras «lo lograste cabrón, lo hiciste, alguien confió en ti».
Ni si quiera me dio tiempo de procesar todo, antes de venir a Europa mi primo, me dejó en el aeropuerto y me dijo: «Por qué nosotros no podemos, quién nos ha dicho que no podemos», sin querer me había dicho las palabras que hasta ahora repito en cada País en cada lugar, todos los días. No es precisamente lo que me dijo, si no, cómo me lo dijo y en qué contexto, reflexionando internamente es verdad, por qué asumimos que el progreso y el éxito es propiedad particular de ciertos grupos, u otras personas, solo hay que creérsela.
Locura total, 12 horas de ida, 12 de vuelta a Quito, luego en el avión y después en Madrid. Llegando a Madrid, no sé si por el cambio de hora o por todo esto, pero me dormí hasta las 12 del medio día del siguiente día, les juro que ya hacía tiempos que no dormía tanto. Hasta este momento que escribo esto, aún no concreto la inversión, pero siento una calma en el corazón de que ya sé por dónde ir y en caso de que salga mal, sé perfectamente dónde empezar, estamos a poco tiempo de que muchas cosas se hagan realidad, lo más interesante de que empecé con un proyecto pero estoy seguro de que Europa proveerá más proyectos e ideas en el transcurso de los próximos meses.
Mis amigos de Sao Paulo que hice en el curso de fullstack, me trae mucha paz que la vida me ha brindado muy buenos amigos.
Pensé que este momento iba a ser el más genial de la vida, pero aún ni les cuento lo que he vivido en Europa, he conversado con muchísimos migrantes que creen en lo mismo que yo, hasta yo me sorprendo que sin conocer una sola persona, me voy con una lista de nuevos contactos, que me han atendido de primera, con decirles que hasta encebollado he comido y he tomado colada morada con guagas de pan.
¿Qué es lo que yo creo?. Que una empresa debe servir y debe cambiar al entorno, en este caso al Ecuador entero y dejar un poco de Ecuador en el mundo. Muchos de ellos me dicen que de alguna manera yo represento los sueños de ellos, sueños que alguna vez tuvieron pero que la necesidad los obligó a abandonar. No se imaginan qué bonito se siente escuchar eso y qué responsabilidad al mismo tiempo.
Cada momento de mi vida viene acompañado de situaciones y de personas, solo para que tengan una idea, todo lo que hago ya es parte de muchas personas, este texto que están leyendo incluso me lo corrigieron 2 amigos, para que vean que hasta un blog siempre puede ser mejor con la ayuda de alguien más, un simple: – esque no te van a entender si escribes así, suma; y de verdad espero que las palabras vertidas aquí sean de su total entendimiento.
Hasta aquí les cuento, empecé a escribir esto en Madrid, tengo muchísimas cosas por contarles, como lo que hablé con migrantes y empresarios migrantes. Mi paso por google, computación cuántica, física de partículas, ha estado de locos. Lo que un par de ideas pueden lograr acompañado de las personas correctas.
Voy corriendo a tomar un tren, conversamos luego…
En ingeniería una frase muy popular (a pesar de que fue formulada por un psicólogo) es que la mitad de la solución es hacer las preguntas correctas, no solamente saber contestarlas.
En ingeniería una frase muy popular (a pesar de que fue formulada por un psicólogo) es que la mitad de la solución es hacer las preguntas correctas, no solamente saber contestarlas.
Lo más difícil de viajar no es comprar el pasaje, si no lo que ocurre cuando tú te vas. Es importante entender esto porque algunas reflexiones que haré en este escrito tiene mucho que ver con que el mundo sigue girando aunque dejes de estar en él.
Hoy escribo esto, pensando que ya vamos 6 años en la lid del emprendimiento y desarrollo de software específicamente. Un cúmulo de decisiones y experiencias previas, unas que cuando cierras los ojos te causan nostalgia, otras, que simplemente te dan ánimos, te recuerdan lo valiente que fuiste en tiempos de austeridad y problemas. Siempre me preguntaba desde que inicié ¿cuándo vamos a tener inversores?. Léelo y te cuento.
Escuché esto por primera vez ya hace 6 años más o menos. Al principio no le presté mucha atención, luego me preocupó, hasta le tuve miedo a esta pregunta «¿Qué tanto estás dispuesto a sacrificar?».
¿Cómo suelo agendar una reunión con algún empresario o manager de algún equipo?, pues yo me hacía la misma pregunta y la respuesta es simple.